Boda en Navalcarnero. Susana & Iván

No todas las bodas son iguales. Siempre hay algunas que, por diferentes motivos, son muy especiales.

Conozco a Iván desde hace muchos años. Es aquel tipo de persona cuyo corazón manda sobre todas las cosas. Alguien que, sin pensarlo, deja todo por ayudarte cuando lo necesitas.

Susana, sin duda, es su complemento ideal. Una persona increíble, entregada, vital y apasionada.

Cuando me comentó que, tras muchos años juntos, había llegado el momento de dar el paso y formalizar su relación, me alegré mucho por ellos.

Poder asistir no solo como fotógrafo, sino como amigo, testigo privilegiado de una historia que he visto florecer desde sus comienzos, es uno de esos motivos por los que merece la pena seguir contando historias con mi cámara. Ha sido para mí un auténtico honor que hayan querido contar conmigo.

Querían una boda íntima, donde estaban los más allegados, la gente que sí o sí tenía que estar.

Esa es precisamente la clave para poder disfrutar de la gente con intensidad, como así fue.

Un papel fundamental jugaron sus hijas, Nerea y Valeria, presentes desde los primeros momentos en los preparativos y llegando a la ceremonia civil, que oficiaron los hermanos, aportando unas palabras cargadas de emoción y sentimiento.

Susana e Iván no descuidaron ningún detalle para que sus invitados estuvieran entretenidos en todo momento, ya fuera con bailes improvisados, animando a la gente a que dejase su testimonio en nuestro teléfono o haciéndose fotos junto a ellos en el fotomatón.

Gracias por confiar en mí, para ser parte de este día tan especial junto a vosotros.

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